Durante más de dieciséis años he acompañado a personas en distintas etapas de su vida, trabajando tanto en salud mental como en estimulación cognitiva. He tenido la oportunidad de intervenir con personas que atravesaban momentos de crisis —ansiedad, adicciones, trastornos del estado de ánimo o conflictos de pareja—, así como con personas mayores, con daño cerebral o enfermedades neurodegenerativas. Esta variedad de contextos me ha enseñado que cada proceso es único y merece una atención adaptada, respetuosa y realista.

He ejercido en clínicas privadas, centros residenciales, instituciones sanitarias y también en el ámbito formativo, impartiendo talleres y formación a profesionales del cuidado. Desde la consulta individual hasta el trabajo con familias y grupos terapéuticos, mi labor siempre ha estado guiada por la escucha activa, la empatía y el compromiso de ofrecer un espacio seguro y sin juicios, donde cada persona pueda explorar lo que le ocurre y avanzar a su ritmo.